¿Alguna vez te has sentido como si estuvieras en una película de alto riesgo de James Bond, y cada vez que vas de farol, eres básicamente Daniel Craig con una sonrisa de satisfacción? No? ¿Sólo yo? De acuerdo entonces.

Vayamos al grano. El farol del triple barril, la pièce de résistance de tu libro de jugadas de póker, es como una comida de tres platos, donde cada barril (o apuesta) es un plato tentador, que deja a tu oponente salivando por más o, con suerte, retirándose desesperado.

Por qué el farol de triple barril es tu as en la manga

Para los no iniciados, ¿por qué querría uno apostar tres veces con una mano débil? A primera vista, suena un poco como pedir una pizza a domicilio y luego perseguir al repartidor durante tres manzanas para darle una propina. Pero escúcheme:

– Confianza: Cada barril siguiente rezuma más confianza. Al tercero, tu oponente se preguntará si tienes las nueces en la mano.
-Desorientación: Se trata de contar historias. Estás contando una mano poderosa, aunque tus cartas parezcan elegidas por tu despistada tía Marge.
– Presión: Como la olla a presión de la abuela, se intensifica con el tiempo. Al tercer barril, el pozo es grande y las decisiones son difíciles.

Aunque no soy Hemingway, sé que la clave es crear una historia convincente. Lo mismo ocurre con nuestro farol. Tu oponente debe creerse tu historia, y ni una sola vez debe pensar: «Este tío me está tomando el pelo» 


Preparando el escenario: Cuándo hacer un triple farol

No intentarías vender hielo en la Antártida, ¿verdad? Así que es crucial reconocer cuándo es el momento adecuado. 
Here’s what to look for:

Imagen de la mesa: Si has estado más apretado que las cuerdas del monedero de un avaro, es más probable que te crean tu triple barril.
-La Mesa: ¿La mesa muestra potencial para grandes manos? Las mesas que dan miedo pueden ser tus mejores amigas.
Tu oponente: Conozca a su enemigo. ¿Un jugador muy conservador? Probablemente se retirará como un traje barato. Pero ten cuidado con las estaciones de llamada: son más pegajosas que un refresco derramado.

¡Tiempo de preguntas! ¿Crees que lo tienes? ¿Cuándo fue la última vez que conseguiste un triple barril? ¿Qué sentiste? Como si acabaras de ganar la Serie Mundial, ¿verdad?

El arte y la artesanía de cada barril

Primer Barril: Esta es tu táctica de apertura. Pero ve con cuidado. Si eres más legible que un libro infantil, lo estás haciendo mal. Tu apuesta debe ser la justa para tantear el terreno.

Segundo barril: Aumenta lo que está en juego. Al igual que el giro de la trama en una novela apasionante, aquí es donde tu narrativa se complica. Si la carta del turno parece amenazadora (piense en cartas altas o posibles escaleras de color), ¡ve a por ella!

Tercer barril: El gran final. Tu historia llega al clímax. El pozo parece un cofre del tesoro, y ésta es tu oportunidad de hacerlo todo tuyo. ¡Haz que cuente!

Recuerda que la variedad es la sal de la vida y del póker. No optes siempre por el mismo patrón de apuestas; a veces querrás jugar rápido y otras, simplemente, lento.

Errores comunes a evitar


Si me dieran un dólar por cada triple barril chapucero que he visto, probablemente me compraría una casa. Es broma. Pero aquí van algunos de los clásicos:

-Exagerar: Demasiado de cualquier cosa es malo. Estás triple barreling cada mano, tus enemigos se dará cuenta más rápido que puedes decir «Escalera real«.
-Apostar menos de la cuenta: Tus apuestas deben ser coherentes. Apostar demasiado poco es como un asesinato misterioso sin asesinato.
– Ignorar las pistas: Siempre, y quiero decir SIEMPRE, sé observador. Si llaman con el entusiasmo de alguien que acaba de ver un fantasma, puede que sea el momento de echarse atrás.

La psicología del engaño

Vamos a ponernos un poco cerebrales, ¿vale? ¿Te has preguntado alguna vez por qué funciona el farol? Bueno, todo tiene que ver con la psicología. Y aunque mi licenciatura en psicología sea de la Universidad de Poker Nights & Long Bluffs, te aseguro que entender la mentalidad de tu oponente es crucial.


-Miedo a perder: Los humanos odiamos perder. Es un hecho. 
En el tercer barril, hay mucho en juego y el miedo es real.

-Sesgo de confirmación: si se han creído tu historia hasta ahora, es más probable que sigan creyéndosela. Es como cuando llevas 300 páginas de una novela aburrida pero no puedes parar, porque has llegado hasta aquí y es mejor que la termines.
-Presión: Crece, y no todo el mundo puede soportarla. Algunos se quiebran, otros se rinden y otros se retiran.

Conclusión: El gran final

Dominar el farol del triple barril es algo más que una estrategia de póker: es un baile, un juego del gato y el ratón y un emocionante juego de páginas, todo en uno. Se trata de narración, psicología y, me atrevería a decir, un toque de arte.

Así que la próxima vez que estés sentado a la mesa, con las cartas en la mano, y sientas el impulso de urdir una historia de engaño, recuerda estos consejos. Y mientras repartes esas fichas, piensa en esto: en el póker, como en la escritura, no se trata de las cartas que te reparten, sino de la historia que cuentas.

Y si todo lo demás falla, canaliza el Bond que llevas dentro: suave, sofisticado y siempre listo para una acción a tres bandas.


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